EL FUTURO POLÍTICO DE MÉXICO
EL FUTURO POLÍTICO DE MÉXICO
Javier Orozco Alvarado
Quiero dejar muy claro que no soy futurólogo, pero como ciudadano es importante predecir los escenarios que subjetivamente vemos cada uno de nosotros en el horizonte de México. Sobre todo porque cada vez está más cercano el proceso electoral en el que habrá de jugarse la presidencia de nuestro país en el 2018.
Por principio de cuentas, hay que decir que los tres o cuatro partidos más fuertes de México, ya se están preparando para disputarse la presidencia de la república en las próximas elecciones. Se avizoran en el horizonte alianzas y partidos como MORENA, alianzas como PRI-Verde Ecologista-PANAL-PT-Otros y PAN-PRD. Cada uno de ellos con sus propios candidatos.
Por MORENA, indiscutiblemente irá Andrés Manuel López Obrador. Por el PRD, es casi seguro, Miguel Ángel Mancera y por el PAN Ricardo Anaya o Margarita Zavala. El PRI, seguramente, será el que tendrá muchas más opciones; no sólo porque Peña Nieto podría tener simpatía por tres de sus principales colaboradores, sino porque sus aliados también tendrán sus propias propuestas, que no pintarán para nada, como es lógico.
De hecho, en las circunstancias actuales, la fuerza del Revolucionario Institucional son sus aliados; no sus posibles candidatos. Las próximas elecciones seguramente tendremos un PRI debilitado, porque será muy difícil construir un liderazgo del partido en lo que resta del sexenio. Debilitado, porque salió de la presidencia del PRI uno de los hombres más experimentados y con mayor liderazgo para encausar con fuerza la participación del PRI en las próximas elecciones.
Es verdad que un partido sin liderazgo no opondrá resistencia a las decisiones del presidente de la república, pero ninguno de sus posibles candidatos tendrá el liderazgo y la simpatía de la población para ganar la próxima elección.
Simplemente, para nadie es desconocido que el actual Secretario de Educación, Eugenio Núño Mayer, se ha ganado la antipatía de los maestros, los intelectuales y un gran sector de la población por su prepotencia, su intransigencia al diálogo y su espíritu represor. Que decir de otro posible del presidente, como es el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien ha sido el responsable directo de la represión a los maestros, la opacidad sobre los desaparecidos y la falta de seguridad en nuestro país. Por último, pero no menos importante, es la figura del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el cual no da una en el manejo de la política macroeconómica, ni ha podido lograr muy buenos resultados en favor del crecimiento económico de México.
En realidad, los posibles candidatos del presidente están por los suelos en imagen pública, aceptación o liderazgo. Y peor aún, no existe en el PRI un líder con la fuerza como tuvo Beatriz Paredes para impulsar la candidatura y el triunfo de Peña Nieto; pues según mi punto de vista, en la última década sólo ha habido dos presidentes del priismo con un gran liderazgo, credibilidad y prestigio entre la militancia, como lo fueron Paredes y Beltrones.
Los que saben de política opinan que, seguramente, la renuncia de Manlio se debió a que el PRI perdió el 60% de los estados que participaron en la pasada contienda electoral del 5 de junio; que fue obstaculizado para emprender una reforma estatutaria interna para que el partido pudiera sancionar y expulsar a priistas corruptos, o que Peña Nieto le pidió su renuncia para que no obstaculizara la decisión de la sucesión presidencial. Otros dicen que renunció porque será la carta fuerte del PRI para el 2018 y en breve comenzará su campaña.
Siendo así, Manlio Fabio Beltrones sería el único candidato del PRI que podría frenar la inminente llegada de Andrés Manuel a la presidencia, pues a pesar de haber empezado recientemente con MORENA, ya ocupa la tercera posición en el ranking de preferencias por los partidos.
A mi entender, Manlio es el único de todos los posibles contrincantes que tiene la habilidad, la astucia, la inteligencia, la capacidad, el carisma, la fuerza y el liderazgo político para enfrentar a cualquier oponente, a pesar del desgaste del PRI y del gobierno.
Ni Margarita Zavala, por su falta de preparación, ni Ricardo Anaya, por su falta de madurez política, tienen la capacidad para ganar la elección presidencial; menos si van en solitario, sin la ayuda del PRD, que querrá tener también la mano para proponer a Mancera.
En fin, para la elección presidencial del 2018 cada partido hará su mejor apuesta y ganará, seguramente, el que tome las mejores decisiones y juegue con su mejor carta.
Jueves 7 de julio de 2016