EL IMPACTO INMEDIATO DE LAS REFORMAS
Javier Orozco Alvarado
El Pacto por México, impulsado por el Presidente de la República desde el inicio de su mandato, ha sido considerado un gran acuerdo nacional, en el que tanto los representantes de los distintos partidos políticos, como los sindicatos y otros actores políticos asumieron la responsabilidad de emprender nuevos caminos para transformar a nuestro país. Es algo así como lo fue el Pacto de la Moncloa, impulsado en España a finales de 1977, como una estrategia política para estabilizar un país que enfrentaba serios problemas políticos, económicos y sociales, como la dictadura militar, la pobreza y el subdesarrollo.
Las reformas estructurales emprendidas en nuestro país están orientadas, indudablemente, a resolver muchos de los problemas económicos, políticos y sociales que se han ido acumulando a lo largo de varias décadas, los cuales, de no haberse dado los primeros pasos para transformar a México, estaríamos en la antesala de fuertes estallidos sociales.
Quienes saben de planeación, entenderán que la instrumentación de un proyecto de reformas estructurales en cualquier país, tendrá alcances y resultados a corto, mediano y largo plazo. De hecho, todas nuestras reformas, como la reforma política, la energética, la educativa, la de telecomunicaciones o la laboral irán mostrando resultados, o de inmediato o gradualmente. Por poner, un ejemplo, el Pacto de la Moncloa empezó a mostrar resultados de inmediato, en lo político; pero en lo económico y social, fue hasta después de diez o quince años posteriores a su entrada en vigor.
Hay que entender que la falta de visión, de planeación y de estrategias claras de los dos anteriores gobiernos del PAN a nivela nacional para enfrentar todos los problemas estructurales acumulados en nuestro país, propiciaron el debilitamiento de nuestras instituciones y el agotamiento del Estado de derecho. La incapacidad del presidente Calderón para diseñar una estrategia clara para enfrentar a la delincuencia organizada lo inclinó a tomar decisiones atropelladas y declarar abiertamente la guerra al narcotráfico, con las conocidas consecuencias del recrudecimiento de la violencia, las desapariciones, el secuestro y el exterminio abusivo de la delincuencia.
Hoy podemos ver que una política inteligente para enfrentar al crimen organizado y a la corrupción del sistema, como la del Presidente Peña Nieto, no es instrumentando una política de exterminio indiscriminada; sino atacar de fondo las causas, los vínculos y a los responsables de tolerar, fomentar o encubrir a las organizaciones delictivas.
Una prueba de los acertado y los resultados inmediatos de estas estrategias es que la reforma política, no sólo hará posible tener una mayor control de los gastos de campaña para las cercanas próximas elecciones, sino también de su procedencia.
Tales son los resultados inmediatos de esta reforma política que han empezado a caer, independientemente del partido a que pertenecen, el Dirigente del PRI en el Distrito Federal, recientemente detenido por corrupción, fomento de la prostitución y delincuencia organizada. O que decir de otros casos como el hijo del ex gobernador del Michoacán, Fausto Vallejo, del PRI, por sus presuntos vínculos con el crimen organizado; al igual que está sucediendo con las investigaciones en curso de la alcaldesa de Patzcuaro, Michoacán, por sus abiertos nexos con organizaciones delictivas.
En fin, dijo a nuestros lectores a su propia reflexión, los avances que están teniendo las reformas estructurales del gobierno federal y los alcances que irán teniendo cada una de ellas en el corto, mediano y largo plazo. Les prometo ir analizando cada una de ellas.