Una terna de dos
“En este proceso electoral la sociedad vallartense ha sufrido como nunca antes graves atentados a su seguridad pública sin que los candidatos y sus operadores hayan mostrado interés por aprovechar la coyuntura para dejar claro que tiene la solución a este problema.”
Los que se perfilaba como una elección de tercios entre PAN, PRI y MC parece estar terminando en una carrera parejera entre el PRI y el MC.
Tristemente el panista Juan José Cuevas García se ha quedado muy rezagado al grado de que algunos destacados panistas han empezado a promover el voto útil en sus muros de Facebook.
A pesar de una encuesta presumida por el propio candidato del PAN en la que aparece en el primer lugar, la realidad es que el famoso Peri Cuevas no ha logrado dar el campanazo por lo que todas las encuestas profesionales coinciden en que se encuentra en el tercer lugar de la contienda, muy lejos de los punteros.
De esta forma, lo que parecía ser una elección de tercios parece estar a punto de terminar con solo dos candidatos competitivos, Andrés González Palomera de la alianza PRI-PV, y Arturo Dávalos Peña del Partido Movimiento Ciudadano.
La gran decepción de esta contienda son los demás candidatos en campaña, seis abanderados de todo tipo de institutos políticos que han sido incapaces de hacerse notar ante los electores, y si conocemos los nombres de algunos de ellos es sólo gracias a la generosidad de algunos organismos empresariales que les montaron pasarelas para que mostraran sus propuestas de gobierno.
Ni siquiera el PRD ha logrado ser protagonista de esta campaña, mucho menos el debutante MORENA o los nuevos PH y PES, cuyos candidatos han pasado sin pena ni gloria, perdidos en un mar de mediocridad.
Y con ellos anda el doctor Francisco Sánchez Peña, quien ha sido incapaz de ser animador de la contienda y por lo visto basa todas sus esperanzas de obtener una regiduría plurinominal a la estructura de su asociación Por la Salud, misma que le permitió conseguir su registro y que podría darle los votos requeridos para colarse en el próximo ayuntamiento por la vía plurinominal.
Pero lo más desalentador de esta campaña es la rotunda demostración de que los políticos viven en mundos paralelos a la realidad. En este proceso electoral la sociedad vallartense ha sufrido como nunca antes graves atentados a su seguridad pública sin que los candidatos y sus operadores hayan mostrado interés por aprovechar la coyuntura para dejar claro que tiene la solución a este problema.
De igual forma la ciudad está sumida en basura y nuestros candidatos siguen con sus discursos ajenos a este problema. Lejos de preocuparse por responder a los reclamos del electorado, los partidos y sus candidatos se empeñan en mantener campañas verticales emanadas de sus manuales de campaña.
Ante este escenario queda claro que los principales candidatos apuestan el triunfo a la capacidad de movilización de sus estructuras. La premisa no parece ser la de convencer a los electores con propuestas novedosos y viables, sino de fortalecer su voto duro y llevarlo a las urnas el próximo 7 de junio.
Por eso la guerra sucia orquestada principalmente a través del Facebook no ha generado estragos en el candidato del MC Arturo Dávalos, quien arrastra una planilla de muy bajo perfil y a pesar de eso tiene altas posibilidades de triunfo.
Tampoco le daña a Dávalos el que se le mire como un incondicional de Ramón Guerrero, al contrario, miles de vallartenses están dispuestos a volver a votar por el MC con el ánimo de que el ayuntamiento los siga dotando de cemento, mochilas, zapatos, uniformes y útiles escolares.
No hace falta una propuesta de mediano y largo plazo, no importan estrategias para mejorar la economía de Puerto Vallarta, es suficiente con seguir prometiendo cinco sacos de cemento y un par de zapatos chinos para convencer a miles de que vale la pena votar por los candidatos de Movimiento Ciudadano.
Y en ese terreno el candidato del PRI Andrés González se ha mostrado cauteloso, precavido a la hora de prometerlo todo, de firmarlo, de garantizarlo. Después de todo El Mochilas ya demostró que para ganar una elección sólo hace falta mucha saliva y unas cuantas toneladas de cemento.
Vamos a ver si el 7 de junio la sociedad vallartense vota con la cabeza o con el bolsillo, si razona su voto o prefiere la dádiva.